domingo, 29 de mayo de 2011

Lecturas argentinas: Hernán Brienza habla de "Valientes", su último libro

La historia argentina está plaga de grandes próceres, enormes héroes que cambiaron el curso de sus tiempos. José de San Martín, Manuel Belgrano y Domingo Faustino Sarmiento son algunos de ellos. Pero hubo otros hombres y mujeres que llevaron a cabo grandes hazañas, y no fueron reconocidos por la historia "grande", la historia oficial, asociada a la escrita por Bartolomé Mitre. En su último libro, Valientes, el periodista y politólogo Hernán Brienza se propone rescatar a esos héroes olvidados, y darles el lugar que se merecen.

El año pasado, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner le recomendó a su par venezolano, Hugo Chávez, una de las obras más importantes de Brienza, El loco Dorregoy el bolivariano no tuvo mejor idea que leerlo en el congreso nacional de Partido Socialista Unido de Venezuela. En la presentación de Valientes en la Biblioteca Nacional, el reconocido historiador Pacho O´ Donell tuvo palabras de elogio hacia el trabajo de Hernán, a quien consideró su heredero.



Después de semejantes expresiones, ¿te considerás un referente del revisionismo histórico?

Para nada. Yo sigo siendo el mismo boludo de siempre (risas). Cuando la presidenta recomendó mi libro, primero me impresionó y después sentí un gran orgullo. Se lo agradecí por twitter, y después personalmente en la feria de Frankfurt, a la que asistí como periodista. Pacho es un amigo, y además uno de mis maestros. Tenemos muchas cosas en común. Sin ir mas lejos, este año pensaba escribir sobre la epopeya de la Vuelta de Obligado, y él justo sacó un libro sobre eso. Me considero de algún modo su discípulo, pero es muy generoso al considerarme su heredero.

Con respecto a tu último trabajo, en el que decís que rescatás personajes que la historia mitrista prefirió ocultar, ¿cuál fue el criterio para seleccionarlos? ¿hay algún denominador común?

En realidad es una selección bastante caprichosa. Son los que me gustaban a mí y punto. Por supuesto que hay rasgos comunes, como la dualidad, las relaciones amorosas y el hecho de que cada uno de ellos es una figura popular en la región donde transcurren las historias. Pero la selección es esencialmente un capricho mío. Quería contar que los argentinos también tenemos historias épicas, que no son patrimonio exclusivo de los franceses o los americanos. Además, el heroísmo no se trata de marchitas militares, como nos quiso contar la historia de Billiken. También hay héroes populares, gauchos, mestizos, y hasta mujeres, como Martina Chapanay y Juana Azurduy.

Juana Azurduy
¿Te faltó alguno que hayas querido poner?

Sí, varios. Por lo menos dos, que hubieran cerrado la historia perfecto. Uno es Juan Bautista Bairoletto y el otro Hipólito Bouchard, que hizo flamear la bandera argentina en California. Pero los estoy guardando para la segunda parte.

¿Por qué, siendo un revisionista e incluso manifestando dentro del libro tu odio hacia Mitre, lo incluís entre ellos?

Bartolomé Mitre
Porque me gustó que dijo que quería morir como un romano. Esa frase tiene mucha fuerza. Y además porque de algún modo lo admiro, y eso hace también que lo odie más. Él está en la vereda opuesta, pero fue un tipo muy completo, que hizo de todo. Fue novelista, soldado, general, historiador, periodista y encima presidente. Mentiría cualquiera que dijera que no desea ser todo eso. Aunque para mí, como digo en el libro, haya hecho todo eso mal, lo hizo.

Ricardo Forster dijo en la presentación del libro, en la Biblioteca Nacional, que tiene una escritura muy borgeana, ¿lo hiciste intencionalmente?

Un poco sí, aunque suene un tanto arrogante decirlo. En realidad justo durante el tiempo que estuve escribiendo el libro leí mucho a Borges. Cuando uno escribe no tiene que leer a nadie, porque lo termina copiando. Es un poco un afano (risas). La temática es muy borgeana, esa idea de coraje, y también de dualidad entre héroe y bandido. Y si encima le sumamos las estructuras metafóricas de Borges...

Pero Borges jamás hubiera hablado bien de personajes así...

No, claro. Hay también una lógica de venganza. Hago lo contrario a lo que ideológicamente haría Borges. Es una forma de ajustar cuentas, si se quiere, que los jóvenes, o no tan jóvenes en mi caso, tenemos con él.

¿Te sorprendió la reivindicación que la presidenta hizo de Rosas en la inauguración del monumento a la batalla de la Vuelta de Obligado?

No, no me sorprendió. Rosas está en la Galería de los Patriotas Latinoamericanos en la Casa Rosada. Lo que sí me parece interesante que lo haya hecho en público, en el marco de la celebración del día de la Soberanía Nacional, y que haya reivindicado esa batalla. Rosas es un ejemplo claro de la dualidad, del orden y del terror. Es importante que se discuta el pasado porque hay una cuestión de disputa hegemónica que pone en juego el gobierno, y lo hace contra los sectores que manejan la comunicación y el discurso con respecto a la historia. La Nación sacó hace poco una editorial en contra del revisionismo. Lo que les molesta es esa subversión que hay al discutir la historia. Hoy el paradigma está más ligado al revisionismo que a la historia oficial mitrista. Al imaginario popular le gusta esa nueva explicación, entre otras cosas porque se reconoce en ella.


Valientes ya está disponible para ser leído en la Biblioteca Nacional. También algunas librerías, como Eterna Cadencia, permiten sentarse a leerlo en la sala. Para quienes quieran comprarlo, el precio en librerías es de 58 pesos (alrededor de 14 dólares), aunque en la feria de libros usados de Plaza Italia (Av. Santa Fe y Thames, a metros del Zoológico) puede encontrarse por menos de 45.

Juan Ignacio Agosto

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